Maldivas es un pequeño país que se compone solamente de islas organizadas en atolones más de 1.000 islas. Sin duda es un sueño de muchos, siempre considerado como un destino imposible de pagar y no se conoce mucho más que las imágenes de cabañitas en el agua.
Para mí también era un sueño y en este largo viaje busqué información, dando con muchos datos para ir de forma económica. Lógicamente no fuimos a las islas de los resorts exclusivos, si no que fuimos a las islas de los locales, donde viven los alegres y tranquilos maldivos.
MAAFUSHI Y SU ENCANTO
Desde Indonesia y luego de una corta escala en Singapur, llegamos al pequeño aeropuerto de Malé, la capital de Maldivas. En realidad el aeropuerto está en la isla artificial Hulhumalé que está al frente de Malé.
Al llegar, ya podíamos ver muchos letreros de conductores que recogen a turistas que van a las islas privadas en speedboats (lanchas) o los llevan a tomar el hidroavión de cada lujoso hotel.
Ahí mismo hay una cabina para comprar tickets del ferry que va a Malé, también vimos algunos letreros para ir directo a Maafushi en speedboat, que es la opción que debimos haber tomado nosotros, pero nos equivocamos y decidimos quedarnos una noche en Malé.
Una vez hechos todos los trámites de entrada al país, caminamos hasta el lugar que salen los speedboats y al lado estaba el paradero de buses donde cada media hora pasa el airport shuttle bus que cuesta 20 mvr (1,2 usd aprox.) por cada uno.
Nosotros nos bajábamos en la primera parada para ir al alojamiento que reservamos por Airbnb. Era el departamento de una familia maldiva que vivió muchos años en Australia. El departamento estaba en uno de los tantos blocks de edificios que componen la parte residencial.
La dueña nos ayudó mucho con nuestras dudas y nos avisó que el día siguiente, cuando debíamos tomar el ferry público, no habría serivicio porque era su feriado Eid ul Adha, por lo que deberíamos tomar un speedboat. Las diferencias de precios son gigantes, el ferry público cuesta menos de 3 usd y el speedboat 25 usd, por eso nunca habíamos pensado si quiera en la posibilidad de tomar el más caro, pero no había otra opción de llegar. Coordinamos con nuestro hotel de Maafushi el traslado con Go Maafushi.
Por esto, la mejor opción era habernos ido directo del vuelo en speedboat, pero no sabíamos de su feriado ni que no habría ferry público.
En la mañana siguiente nos levantamos tempranito y caminamos hasta el muelle, mirando la gran cantidad de hidroaviones que despegaban cada pocos minutos.
Al llegar al muelle de Hulhumalé, compramos los tickets del ferry para ir a Malé, cada uno costaba 5,5 mrv (0,3 usd) y nos sentamos en las sillas plásticas de la sala de espera.
El ferry público es un bote de madera grande con asientos de madera también, es seguro y por sobre todo muy barato.

Ferry público
Una vez en Malé caminamos unos metros por la orilla donde habían muchos speedboats hasta encontrar el nuestro que era de la compañía Go Maafushi. Se demoró unos minutos en llegar y ya a las 11 nos pudimos subir.
Son lanchas pequeñas de muy buena calidad, te dan agua, pañitos húmedos refrescantes y dulces.
El viaje fue de una media hora, podíamos ir viendo las muchas islas y hoteles privados con sus cabañas en el mar.

Speedboat por dentro

Muelle de lanchas privadas, justo frente al Bank of Maldives

Vistas de Malé desde el speedboat

Algún hotel en una isla privada
Disfrutando la isla como locales
Ya en Maafushi nos esperaba el administrador del hotel, Fathi, con su furgón para llevarnos. Esperamos a una pareja de japoneses que venía en otro speedboat y fuimos.
En el hotel nos explicaron lo típico y nos mostraron los distintos tours que tienen, además de darnos un jugo de papaya muy rico.
En general los tours se repiten un poco en la isla, pero averigua porque los precios son distintos. Maafushi es la isla más turística de las locales, y está bien preparada para ello, por lo que podrás encontrar una amplia carta de agencias y hoteles que organizan distintos tours.
Como referencia, en nuestro hotel tenían tours para nadar con mantas ($30 por persona), para nadar con tortugas ($35 por persona), ir a ver los delfines ($30 por persona), pesca nocturna ($35 por persona), snorkeling ($20 por persona), picnic en un sandbank ($35 por persona). Ellos nos dijeron que por nadar con las mantas, tortugas y el picnic nos cobraban 35 usd por persona solamente.
En otros hoteles había tours para nadar con tiburones que era el que yo quería pero nos dijeron que en esos días no se habían visto. También para alimentar a las rayas que están en la orilla de una isla, muy atractivo también.
Están los tours para ir a pasar el día a los resorts privados, con precios que creímos muy exagerados. Los más baratos cobraban $40 p/p por la entrada, más $70 por hacer uso del All Inclusive. A eso se le suma el traslado en speedboat a $30 cada uno, no será mucho? Estos precios son de un hotel 3 estrellas. Los precios van desde $100 por persona hasta $200 el más exclusivo.
*Precios en USD año 2018
Después de toda la información recibida, fuimos a la pieza a descansar un rato y almorzamos en el mismo hotel, un curry de pollo y dhal de lentejas amarillas muy rico, eso lo acompañan con harto arroz y unas frituras tipo wantan muy ricas.

Comida típica maldiva
Fuimos camino a la playa y empezamos a notar a algunos locales con sus caras pintadas, seguido de un grupo de ellos acercándose a nosotros con cara de culpables y unas bolsitas con polvos de colores en sus manos, no quedó otra que saludar y estirar las caras para que nos pintaran. La otra opción era correr, pero preferimos unirnos a su fiesta.
Su celebración de Eid ul Adha se extiende por 3 días, es una de sus principales celebraciones religiosas, también conocida como la fiesta del sacrificio. Es un homenaje al profeta Abraham, quién sacrificó a su hijo Ismael a su Dios, pero el Dios le salvó la vida al hijo a cambio de sacrificar ovejas. Desde entonces se sacrifica una oveja cada año en esta celebración.
En cada isla de locales hay una playa para ellos, y otra donde vamos los turistas que se llama Bikini Beach, tal como lo dice su nombre ahí puedes usar bikini libremente.
Los maldivos son musulmanes en su mayoría y tienen varias reglas, entre ellas la vestimenta. Es común en países donde predomina el Islam, ver a las mujeres bañándose con ropa que cubra sus brazos y piernas, además de sus hijab o burkas, que son las túnicas típicas. La mayoría de hombres también se bañan con polera o trajes de manga larga.
Otras de las reglas que tienen como país por ejemplo, es que no pueden beber ni vender alcohol, solo está permitido en las islas de los resorts privados o en un bote “Party boat” que está a unos pocos kilómetros de la orilla, verás muchos locales ofreciendo llevarte hasta allí.
Curiosidades como que los perros no están permitidos y son considerados impuros, sólo hay 7 perros en todo el país, que son policiales. Así mismo, y como en cualquier lugar musulmán está prohibido el cerdo. Los autos lujosos también están contados con las manos y todo el país sabe cuáles son.
Las calles son muy tranquilas y limpias. En las islas las mujeres limpian cada mañana, dejando sin nada de basura.

Calles de Maafushi
Al llegar a Bikini Beach me llamó la atención que era una playa chica con mucha gente y sin color intenso, no era como imaginaba una playa de Maldivas, pero con los minutos empecé a disfrutar y al salir el sol salieron los colores increíbles. Por otra parte ese día estaba lleno de gente por su feriado.

Maldivos disfrutando el mar

El atardecer de cada día
Estuvimos ahí hasta su lindo atardecer y fuimos a averiguar por los distintos centros de buceo que hay, una de las cosas que más quería hacer en Maldivas era nadar con mantas y tiburones. Pasamos por 3 distintas y los precios eran parecidos, todas nos hablaban de las fuertes corrientes que había esos días, así que lo dejamos para pensar.
En la noche, después de comida fuimos a caminar y ver como celebraban su fiesta, había montado un escenario en una cancha de fútbol y tenían música en vivo, mucha gente perfumada y bien vestida para la ocasión.

Decoración para la ocasión
Al día siguiente, nos levantamos al desayuno buffet, comimos pancakes, tostadas, dhal, frutas, etc.. y nos fuimos a la playa que disfrutamos mucho más porque había menos gente, además de haber colores soñados cada vez que aparecía el sol. Así pasamos el día, entre el agua y la arena, leyendo y durmiendo, con resultados de una gran insolación.
También nos entretuvimos viendo como los locales pintaban con sus polvos de colores a cada turista que se les cruzaba.
El tercer día teníamos un tour programado con los mismos del hotel, habíamos escogido nadar con mantas, con tortugas y almorzar en un sandbank. Justo había otra pareja que haría ese tour, así que iríamos los 4. Nos preguntaron que querríamos almorzar y nos apuntamos con noodles fritos.
Tomamos desayuno muy rico otra vez y esperamos nuestro tour que partía a las 10:00, estuvimos un buen rato esperando en la entrada y no aparecía nadie, por mientras nos fuimos a la pieza a esperar nos avisaran, hasta que a las 11:30 salí a buscar a alguien nuevamente y justo apareció Fathi, el adormecido administrador. No había recordado que también íbamos y se habían ido sin nosotros!
Nos pidió disculpas avergonzado y nos dijo que mañana podíamos tomar el tour solos nosotros dos por el mismo precio. Accedimos a esta propuesta y nos fuimos a la playa el resto del día, pasando antes por la playa de los locales y quedándonos en Bikini Beach hasta el bonito atardecer.

Playa de los locales
Un tour al paraíso
Tomamos desayuno y estuvimos hablando un buen rato con una argentina que viajaba con el marido hasta que tuvimos que decirle que estábamos atrasados para irnos al tour.
Nos arreglamos rápido y ya nos esperaba un chico del hotel para llevarnos a la lancha donde nos esperaba Fathi y Cente, su joven ayudante.

Impresionantes cambios de color

Fathi y Cente

Con los snorkels marcados en la frente
La primera parada fue a ver si encontrábamos mantas, los días anteriores no se habían visto y era difícil. Ya al ir llegando a la zona que ellos reconocen desde lejos, pudimos ver pasar una por al lado pero Fathi siguió navegando hasta donde habían otros botes y deberían haber mantas.
Al parecer se habían ido, estábamos preparados para saltar con nuestras aletas, snorkels y cámaras, Cente nos acompañaría así es que también estaba listo. Qué ansiedad que teníamos.
Hasta que nos dijeron que saltáramos rápido ¡Que nervios!
Se podía ver una de lejos y la seguimos, nadan muy rápido, tuvimos que movernos con velocidad para lograr alcanzarlas. Son impresionantes, muy grandes, con un nado muy relajante y bonito, parecía que estuvieran volando pero bajo el agua. Pasaban por abajo nuestro y podíamos ver cada movimiento y detalle, estaba muy emocionada! En total vimos 3 o 4 mantas en 3 saltos desde el bote en distintas zonas.
Ya satisfechos con haberlas visto nos fuimos a los arrecifes donde hay tortugas, que en comparación no fue tan emocionante pero lindas de todas maneras. Nadamos los cuatro buscando vida marina, pero no vimos nada nuevo, después de un rato volvimos al bote.
Tocaba la última parte que era el almuerzo en un sandbank, había más personas lejos, pero nos pusimos en el lado donde no había nadie. Instalaron un quitasol y toallas mientras nos bañábamos y disfrutábamos de los increíbles colores en el agua. Cuando ya estábamos arrugaditos, nos pusimos los cuatro bajo el quitasol y almorzamos mientras conversábamos muy entretenidos.
Últimos baños y a ir de vuelta, pero antes pasamos a otro sandbank mucho más pequeño, muy lindo y fotogénico. Esto no estaba incluido pero nos llevaron para que lo conociéramos.
Íbamos de vuelta y nos preguntaron si queríamos ir a ver delfines. Rápidamente contestamos que por supuesto! A pesar de que los últimos días no habían visto.
Al poco andar pudimos ver muchos! Saltaban y nadaban asomándose fuera del agua y alrededor del bote, fue muy emocionante!
Con las emociones a mil llegamos al hotel para una rica ducha y a descansar la insolación que se hizo notar rápidamente. Después de comida, dimos una vuelta cortita para ir a acostarnos y poder descansar.
El último día en Maafushi despertamos a las 6:00 am y tomamos desayuno muy rápido porque a las 7:30 hrs pasaba el ferry público hacia Gulhi, no era opción tener que pagar nuevamente un speedboat privado por $25. Nos preocupamos porque eran las 7:15 hrs y Fathi que nos llevaría al muelle aun dormía. Tuvieron que ir a despertarlo y apareció como un zombie, menos mal llegamos justito porque el ferry es puntual y se va a tiempo. Los tickets se pagan una vez dentro del bote y cuesta 22 mrv cada uno.
Para dormir
Alaka at Maafushi (Airbnb), para ser Maldivas, es muy barato (40 usd por noche). Las habitaciones y baño son grandes, cama cómoda, desayuno buffet muy completo y cocinan muy rico, en especial el curry y dahl. Tienen café y té puestos para sacar todo el día.
Nos ayudaron con el traslado en speedboat y nos fueron a buscar al muelle de Maafushi.
El tour que tomamos fue muy bueno y entretenido con Fathi y Cente. Muy recomendado!
Para comer
Hot Bites, estaba entre los mejores de los económicos, pero no nos gustó mucho, las porciones eran muy pequeñas y sin mucho sabor.
Harbour Café, decían era bueno pero no nos gustó mucho en cuanto a sabor, además se demoraron muchísimo en llevarnos los platos.
Café Amigos, probamos el kothu roti, que es una especie de pasta como la de la lasaña con la carne que elijas y verduras tomo mezclado y muy contundente. Pedimos también un pollo grillado al limón buenísimo.
Resumen precios (por dos personas en 2018)
Ferry público Hulhumale a Malé | MVR 11 |
Bus aerop a alojamiento Hulhumalé | MVR 40 |
Speedboat Malé a Maafushi | MVR 770 |
Almuerzo hotel (curry y dhal) | MVR 154 |
Almuerzo Hot bites | MVR 169 |
Comida Harbour Café | MVR 187 |
Comida Café Amigos | MVR 178 |
Ferry público Maafushi a Gulhi | MVR 44 |
Visa
Maldivas ofrece un visado gratuito para los chilenos, españoles, argentinos, colombianos, etc.. con una duración de 30 días que te otorgarán a la llegada al país. Te pedirán el pasaporte al día y pasaje de salida, los datos de alojamiento de tu estancia y rellenar un formulario de inmigración, como en la mayoría de los aeropuertos. A los chilenos no nos piden la vacuna amarilla, pero si has hecho escala en países que si tienen este virus, puede que te la exijan.
Moneda
La moneda oficial en Maldivas es la rupia de Maldivas, cuyo símbolo es el MVR. 1 dólar = 15,45 rufias (2018). En muchas partes aceptan dólares también. Los cajeros son escasos (pero hay), te aconsejo cambiar algunas rufias en el aeropuerto.
Itinerario
20-ago Malé
21-ago Maafushi
22-ago Maafushi
23-ago Maafushi
24-ago Maafushi
25-ago Gulhi
26-ago Gulhi
27-ago Gulhi
Una comida
Kothu Roti
Una bebida
Sólo probamos bebidas tradicionales, ni pienses en cerveza
Un lugar o actividad
Nadar con mantas (o con tiburones)